Ticklingyfeet
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CAP 1:
Nuevamente me encontraba en mi habitación encadenado como un perro a mi cama, de manos, pies y cuello. Las cadenas era de hierro difícil de poder romper para un chico de 18 años como yo. Esta rutina se repetía hace 3 años, me iba a dormir encadenado, y amencia igual, solo podía tener libertad para hacer mis necesidades o para comer, y muchos pensaran que es por que alguien me secuestro, pero la realidad es que es mi madre la que me tiene como su mascota.
Cuando llegaba del trabajo lo único que quería hacer era no verme, ni siquiera hablaba con ella. No la justifico pero al menos hay un motivo por el cual ella hace esto, pues resulta que hace 18 años fue que por un error ella quedo embarazada de mi, tuvo relaciones cuando tenia solo 11 años con su novio de aquel entonces, sus padres la echaron de su casa, el amor de su vida no respondió, y dejo de estudiar. Vago por 2 días pasando hambre hasta que una familia la encontró, sin embargo la volvieron a rechazar cuando se enteraron que estaba embarazada. Mi madre finalmente volvió a casa, pero no en la casa de sus padres, si no en la de sus abuelos paternos, en donde creció conmigo, sin mostrarme ningún tipo de afecto maternal, simplemente me odiaba y no sabia por que. Cuando ella consiguio un trabajo después de años en la universidad sin hacerse cargo de mi, me llevo para España con ella, mintiéndoles a mis bisabuelos diciéndoles que ya me quería y que me daría un mejor futuro y un montón de mentiras, la verdad es que mi madre se quería deshacer de mi, pero no tuvo el corazón para hacerlo, así que al menos me fui de viaje con ella a España, sin embargo no era para felicidad. Sin bien es cierto mi madre no me abandono, cuando cumplí 15 años, me empezó a encadenar a la cama, ya que yo era muy inquieto y mi sola presencia le jodia el momento. Ella tenia que seguir estudiando y trabajar para mantenernos a ambos, a mi me daba migajas pero era lo suficiente para vivir. Sobra de decir que no estudiaba, no tenia amigos, jamás salí de la casa en España, lo único que conocía de aquella casa, era mi cuarto y el baño. Ella salía de fiesta constantemente y a veces al me orinaba en encima por no poder soltarme de mis cadenas, lo cual provocaba que me golpeara ya que venia muy borracha y drogada. Estaba mal de la cabeza pero sabia que algún día me vengaría de ella.
Fue mi cumpleaños numero 18 cuando mi madre como de costumbre llego borracha y drogada a la casa, por eso en medio de esas alucinaciones que tenia además de decirme el pedazo de mierda que era por haberle arruinado la vida, también me desato solo por mi cumpleaños, y se fue tambaleándose de mi cuarto hacia el suyo posiblemente, ni siquiera cerro con llave mi cuarto, algunos pensaran que es aquí en donde o podría escapar o podría vengarme de mi madre, sin embargo al ser un momento único en mi vida, me quede en blanco en mi cuarto, de todas formas sabia que ella no iba a despertar en un buen rato. Finalmente, allí estaba yo, solo en mi cuarto, sin cadenas que me ataran. Las marcas en mis muñecas aún me picaban, como si las esposas invisibles siguieran sujetándome a la cama. Pero esta vez no había cerrojo, no había límites... La puerta estaba abierta. Me quedé inmóvil unos minutos, paralizado entre la posibilidad de escapar y la simple realidad de que tenía libertad por primera vez. El silencio era pesado, casi tangible, y de alguna forma el vacío de la casa me llamaba. Me levanté de la cama y me dirigí a la puerta con pasos cautelosos, como si caminara sobre cristales. Nunca había visto el resto de la casa; todo lo que conocía era mi cuarto, el baño, y la pared vacía que era mi única compañía. Ahora, tenía el lugar entero para mí. Primero, llegué al pasillo. Mis ojos recorrieron las paredes, los cuadros que colgaban de ellas —fotografías de mi madre cuando era joven, un rostro lleno de energía que apenas podía reconocer— y un espejo grande en el que mi reflejo se veía extraño, casi ajeno. Avancé con curiosidad hasta la cocina; olía a desinfectante, un aroma frío y clínico. La despensa estaba llena de comida que jamás había probado, botellas de vino que brillaban en las estanterías, alineadas como soldados.
Luego, caminé hasta la sala de estar. Allí, en el sofá, la vi a ella. Estaba tirada, profundamente dormida, su cuerpo inerte y relajado de una forma que jamás había visto. Tenía una pierna colgando por un lado del sofá, sus cabellos desordenados cayendo sobre su rostro. Las botellas vacías en la mesa del centro eran testigos de su estado; seguramente ni siquiera recordaría haberme dejado libre. Me acerqué, casi sin aliento, sintiendo cómo mi corazón latía fuerte al verla así... vulnerable.
Mis ojos se dirigieron a sus pies. Llevaba puestas sus zapatillas de tacón, viejas y desgastadas, marcadas por años de uso. Sin pensarlo demasiado, me arrodillé junto a ella. No entendía bien qué me impulsaba a hacerlo, pero un deseo de acercarme, de quebrar esa barrera invisible, me llevó a extender una mano hacia sus pies. Con delicadeza, deslicé una de sus zapatillas, exponiendo su pie desnudo. Estaba fría al tacto, pero suave. Mis dedos la rozaron con cuidado, tanteando el borde de su talón, hasta que comencé a darle un masaje suave, presionando sus puntos de tensión, moviéndome con cautela hacia sus dedos. Sentí cómo ella suspiraba, su cuerpo respondiendo involuntariamente al contacto.
De repente, un pequeño estremecimiento recorrió su pie cuando mis dedos rozaron un área más sensible en su planta. Sonrió apenas, dormida, mientras movía el pie de un lado a otro, como si intentara escapar de mis dedos, aunque sin despertar. Me detuve por un momento, sorprendido. ¿Era posible que...?
Volví a intentarlo, esta vez con un toque más intencionado, dejando que mis dedos recorrieran su planta lentamente, explorando la reacción de su cuerpo. Una leve risa escapó de sus labios, suave, inconsciente, como un susurro lejano. Era la primera vez que veía algo así en ella, una respuesta casi humana, delicada... frágil.
La observé durante un rato, estudiando cada expresión en su rostro. No podía evitar sentir una satisfacción oscura. Ella, la que me encadenó, me insultó, me golpeó... ahora estaba a mi merced, sin siquiera saberlo. La risa que escapó de sus labios, apenas un susurro, había abierto una puerta en mi interior, una que nunca había explorado. Era un eco suave, casi infantil, que me atrapó en un trance extraño. No entendía bien qué era lo que estaba haciendo; mis dedos seguían explorando la planta de su pie, trazando líneas invisibles con un cuidado que nunca había sentido. Sin embargo, algo en mí quería más, como si esa risa le diera a su cuerpo una vulnerabilidad que yo nunca había conocido en ella. Mi madre, siempre tan inalcanzable y fría, parecía ahora una figura distinta, casi irreconocible. Mis dedos siguieron rozando su piel, buscando aquel punto que la hacía temblar, y cuando lo encontré, volví a insistir, provocando una risa más intensa, aunque ella no despertaba. De alguna manera, sentía que tenía el control, y era una sensación embriagadora. Mi respiración se volvía más pesada a medida que mi obsesión crecía. Entonces, sin darme cuenta, acerqué mi rostro a su pie, percibiendo el leve olor que emanaba de ella, una mezcla de perfume, alcohol, y algo que no podía identificar pero que se impregnaba en mi mente. Sentía cada vez más curiosidad, más necesidad de explorar. La cercanía hacía que su olor se volviera más fuerte, más definido, y al mismo tiempo desconocido. Con un cuidado casi reverencial, comencé a rascar ligeramente, deslizando mis uñas por su talón y luego hacia sus dedos, explorando cada milímetro. Su pie, aunque frío, estaba suave y frágil en mis manos. Observaba cada reacción en su rostro, cada movimiento, cada suspiro que escapaba de sus labios. Era un juego delicado y extraño, un territorio que nunca había explorado.
Una parte de mí quería detenerse, dejarla y alejarme de esa obsesión inexplicable. Pero otra parte, una que apenas empezaba a descubrir, quería seguir, quería desentrañar todos los secretos que su cuerpo guardaba, como si con cada movimiento pudiera encontrar algo de ella que jamás había conocido.
Finalmente deje sus pies, sin embargo, el olor de sus pies, me causo algo en mi que tampoco había sentido antes, la excitación, por eso robe sus medias y me regrese de nuevo para mi cuarto, y cerré la puerta, allí pegue sus medias a mi cara y la inhale, era fuerte el olor, pero no quería despegármelo, y con eso sentí como mi polla empezaba a endurecerse y a mojarse. Revise mis calzoncillos y vi el liquido blanco, ya no es necesario explicar esto.
Pasaron horas y cuando ya era de noche ella vino a verme, su cara reflejaba angustia, ella pensaba que yo ya no estaría en mi cuarto ya que ella misma me había dejado sin cadenas, sin embargo su cara paso de angustia a una tranquilidad que le duro 5 segundos, antes de cambiar su expresión a una seria y molesta. Fue directamente a buscar debajo de mi almohada en donde tenia sus medias, y las encontró allí, como era posible que ella supiera donde guarde sus madias, y fue entonces que me revelo que desde siempre la casa había estado vigilada con cámaras, y me enseño donde estaba la cámara de mi cuarto, estaba en una esquina del techo, yo siempre la vi, pero jamás sabia que podía grabar, no conocía ese tipo de cámaras.
-Madre: (se acerca a mi oreja, con una mirada fría y de asco) De verdad creíste que no se que lo que hiciste en la sala?, no puedo creer lo cerdo que eres. (se alejo de mi con una mirada picara y de lastima, mientras su lengua deslizaba mojaba sus labios)
-Yo: (levante mi cabeza casi de forma robótica para responderle...) Yo...yo ense- rio... (antes de poder contestarle, mi madre me metió una bofetada en la mejilla)
-Madre: Nadie te permiso de mirarme cosita fea, eres tan lamentable que pudiste escaparte (su cara cambio a una mas seductora y a la vez con asco, mientras mantenía mi mandíbula sujetada con su mano), pero en vez de eso decidiste quedarte para que...? (se arreglo los pelos que tenia en la cara girando su cabeza y en su cara se formo una sonrisa burlona) solo para que?, para hacerme cosquillas en los pies mientras dormía?, (su cara volvió a cambiar a una de absoluto asco, mientras me pellizcaba una tetilla, y no pude hacer mas que dar un grito débil) y ademas olerme los pies? ¡¡¡Que antihigiénico !!!
Yo: Lo- lo siento mamá (dije con lagrimas en los ojos por el pellizco que me dio ella).
-Madre: Aww lo sientes? (dijo ella con una ironía clara que reflejaba su expresión de su cara, mientras se acerco mas a mi, subiendo sus piernas a mi cama, quedándose en una posición semi sentada, cada acostada), enserio lo sientes, la verdad no me imaginaba eso de ti, dime, por que oliste mis pies?, te gusta eso?, bicho raro (esto último lo dijo con gran desprecio, pero su mano cayo en mi regazo).
-Yo: Por favor perdo- name...Ma (antes de que pudiera seguir hablando, su mano que tenia en mi regazo, la uso para con un dedo callarme)
-Madre: Dime cosita fea, quieres ser mi perrito? quieres se mi mascota? (ella soltó una risa muy sensual, al ver mi cara de confusión, y luego de reír volvió a mojar sus labios con su legua para cambiar su expresión de su cara, a una más dulce, seductora y sensual), esta bien, piénsalo, yo también lo hare, sin embargo... (agarro sus medias y se levantó de la cama, lista para irse ya) no te dejare mis medias, no quiero que hagas con ellas cosas raras, típicas de bichos raros como, tu que horror!!! (lo dijo como diva, para luego ordenarme que me acostara, y poder encadenarme otra vez...)
-Madre: Ni creas que me volverás a hacer cosquillas, por que será la última y primera vez que te dejo sin cadenas, sobra decir que esta será la única vez que te permitiré que olfatees mis pies también. (su mirada fue fría y calculadora mientras me encadenaba, y yo solo podía asentir con la cabeza todo lo que me decía) Que cosas?, no eh permitido que nadie me haga cosquillas para que tu vengas de gratis a hacerlo. (dijo su mirada con indignación por lo que hice, mientras terminaba de encadenarme restringiendo cualquier movimiento que pudiera hacer y antes de irse, paso por mi nariz sus medias, y soltó una risa burlona).
-Yo: (escuche lo último que dijo, "no eh permitido que nadie me haga cosquillas para que tu vengas de gratis a hacerlo", ella dijo "gratis", quiere decir que tal vez podría hacer algo para que ella se dejara hacer cosquillas, fue lo que pensé y me arme de valor para decírselo de una manera sutil) Entonces, si nadie te hace cosquillas gratis, podría hacer algo para poder volver a hacerte cosquillas? (mi respiración se agito cuando termine de hablar, y una gota de sudor se deslizo por mi cara, vi como su cara cambio de expresión burlona, a una con asco de duda, temeroso espere su respuesta unos segundos)
-Madre: (en su rostro se formo una sonrisa burlona, y se cruzo de brazos para responderme) ¿Y tu como para que quisieras hacerme cosquillas?, es tu sueño bebe? (dijo ella con ironía). Que patético eres como para que ese sea tu mayor sueño, pero déjame decirte que no dejare que pase, ademas para tu información, no tengo cosquillas, no tengo cosquillas en los pies, ni en ningún lugar en general.
-Yo: (tartamudeando dije incrédulo e ingenuo, mientras veía como se reía por lo que dije) ¿No tienes cosquillas en los pies?, bueno que tal si tienes?, me dejarías...
-Madre: (interrumpiéndome me dejo en un tono mas frio y directo), NO!!!, no te voy a dejar hacerme cosquillas, no seas iluso, nunca dejaría que un bicho raro me toque jamás, así que puedes seguir fantaseando con eso (se tomo un respiro y su cara cambio otra vez a una faceta mas dulce y consoladora), podría convertirte en mi mascota, no vas a renegar nada de lo que yo te diga, harás todo lo que te diga, y a lo mejor y solo a lo mejor, puedo si quiera pensar en esa absurda fantasía de dejarme hacer cosquillas. (luego ella abandono mi cuarto burlándose de todo lo que habíamos hablado, y sentí que me había engañado, pero tenia una pequeña esperanza de que cumpliera su promesa)
Me quedé ahí, encadenado nuevamente, pensando en si debí escapar ayer, pero lo que había hecho hizo que mi madre, me hablar como nunca lo había hecho, fue con asco pero sentí cosas diferentes esta vez, esto me ilusionaba, pero no estaba tranquilo, estaba avergonzado, y sobre todo necesitado del aroma de sus medias.
Lo que hice tuvo frutos esa misma noche por la madrugada, mi madre llego de nuevo a mi cuarto, pero cuando digo que lo que hice tuvo frutos, no me refería a algo positivo. Su cara reflejaba el asco que aun sentía por mi, estaba solo con una camisa celeste y con un bóxer azul noche, ella miro mi polla con algo de deseo, y luego su mirada se dirigió lentamente hacia mis pies, y dijo: - así que te gusta hacer cosquillas?- Jamás había escuchado esa palabra, aunque ahora que la mencionaba, mi abuela solía pincharme las costillas y eso me daba risa, era eso a lo que se refería ella. No era muy inteligente pero sabía que me haría cosquillas en mis pies, se le notaba en su mirada, quería vengarse aunque ella no las haiga sentido las cosquillas que yo le hice, pues estaba dormida, sin embargo esa noche sabía que recibiría mi castigo. Mi madre con un movimiento lento pero a la vez rápido, no se como explicarlo, se arrodillo entre mis piernas separas por las cadenas, me miro fijo a los ojos, yo la miraba con curiosidad y nervios, y sin decir absolutamente nada, ella empezó a rascar con sus uñas mi plantas, rápidamente la risa escapo de mi boca, jamás me habían hecho cosquillas así, sus uñas era muy afiladas y agiles, y por mas que intentara apartar mis pies de sus uñas, era imposible por las cadenas. Mi madre rascaba desde mis talones hasta los dedos de mis pies, el cual era mi punto débil, mi risa era fuerte y exagerada, mas gritos que carcajadas, seguramente abre despertado a un vecino con mis risas, pero no podía parar de reir, por mas que hacia el intento sus uñas enserio provocaban muchas cosquillas, por mis gritos mi madre me amordazo y seguido torturándome, mi risa de maniaco ahora solo eran ruidos con menor intensidad.
Paso media hora y ella en ninguno momento dejo de rascar mis pies, por ende me desmaye, y cuando desperté aun era de madrugada, mi reloj al lado marcaba las 4:42 am, no vi a mi madre por ningún lado, y sentía un hormigueo en mis pies, como si fuera una secuela de lo que paso. Sinceramente no me gusto, me justaba la sumisión pero eso fue mucho, sentía que no quería volver a jamás sentir las cosquillas, aun que si me gustaba hacerlas, en el fondo sabia que mi madre ya había encontrado una nueva forma de humillarme.
Ese mismo día, mi madre no se levanto para darme desayuno, siempre lo hacia, siempre con asco pero lo hacia, su ausencia me preocupo, y no pude gritar ya que ella no me había quitado la mordaza, la verdad solo se había quedado dormida, era sábado, no trabajaba y le gustaba descansar mucho, ese día durmió hasta la 1 pm. Ella fue a mi cuarto y se paro en la puerta viéndome un rato, todo humillado, orinado, encadenado, como su perro, y luego fue a acostarse a mi cabecera.
-Madre: Buenos días cariño, (dijo mientras acariciaba mi cabello) ¿creo que te quedo claro quien es la dueña de la casa no?, bicho raro!!! (su mirada penetro la mía, y se formo una sonrisa picara - burlona en ella, como provocándome a que digiera algo, sin embargo con esa actitud y en las condiciones que me encontraba, no era posible nada), a verdad jaja no puedes hablarme, permíteme (y ella se acerco hacia a mi para quitarme la mordaza), ¿ahora si, tienes algo que decir mascota?
-Yo: No me gusto, no me gustaron las cosquillas. (dije muy inocente y tímido, lo que provoco que ella se riera)
-Madre: (ella empezó a reir como si le hubieran contado un chiste, se burlaba de el tono en el que se lo dije la muy cabrona) Es la primera vez que me haces reir así, perdóname cosita, ya me vas cayendo bien. (dijo con ironía secándose la lagrima de su ojo por la risa, sabia que tenia algo preparado para mi, y posiblemente se repita lo de ayer) Por eso vamos a dar un paseo por la casa. (de uno de mis cajones saco un collar de perro que me entraba a mi medida)
La cabrona de mi madre, me hizo ponerme en 4 para salir, mientras ella sujetaba el arnés conectado a mi cuello, literalmente como un perro, había recorrido la casa por dentro, pero me mostro el jardín, piscina y campo de voleibol, algo que jamás había visto en mi vida, al llegar a la parte de la piscina, me hizo que bebiera del agua como perro. Luego me enseño su cuarto, y la verdad solamente olía a alcohol, mariguana, Y estaban sus prendas esparcidas: las camisas sobre la silla, impregnadas del sudor de sus axilas; los brasieres, tirados sin orden, con el rastro húmedo de sus pechos; sus bragas, arrojadas en el suelo, exhalaban el olor fuerte y crudo de su coño; y las medias, abandonadas cerca de la cama, retenían el sudor rancio, agrio pero excitante de sus pies. No era tan femenina al momento del cuidado de su ropa, simplemente gastaba en ropa nueva y ya, me dijo que casi no usaba la lavadora.
El día termino, y me termine nuevamente encadenado en mi cuarto, me dio un beso en la frente de buenas noches y se fue a dormir. Mi madre llego al día siguiente, con los pelos en la cara, con la respiración agitada, su pecho se movía con rapidez, y no entendía porque, hasta que me dijo que la habían echado del trabajo por irresponsabilidad y conflictiva. Ella se vino a desahogar conmigo, golpeando mi cara con un puñetazo, recordándome que yo le había jodido la vida al momento en el que yo nací, que por mi culpa ella no pudo cumplir su sueño de casarse, y trabajar como modelo famosa. La verdad esque si me dolieron sus palabras, me llamo estorbo, y no me sentía bien con eso, sin embargo después de darme puñetazos, vi como sus ojos se llenaron de lujuria al ver por mi bóxer mi gran polla dura y parada, (momentos antes, había estado imaginándome un universo paralelo en donde yo soy su carcelero, y me deleito torturándola con cosquillas, todo el tiempo que quiera) en su cara se formo una sonrisa picara con cierta agresividad, empezó a acariciar mi pecho pasando sus uñas por todo mi torso, lo que me hizo saltar de la cama para evitar las cosquillas, pero era imposible escapar de sus uñas, sus uñas se movía de manera muy sexy por mi torso. Ella al ver que esto me producía cosquillas, empezó a arañar mi torso suavemente, pero era un infierno para mi, sus uñas bajaban desde mis pectorales hasta mi abdomen, cerca de mi miembro. Sabia lo que hacia y la muy cabrona lo hacia con malicia, era una tortura sentir sus uñas acariciarme la piel sin poder defenderme, mientras me forzaba a reir y se burlaba de lo cosquilloso que era.
El sonido de las cadenas resonaba en el cuarto, mis movimientos desesperados por escapar, mis suplicas, todo esto le veía mi madre y sin embargo no le dio la gana de detenerse la cabrona. Luego mientras arañaba mi torso, subió sus uñas bruscamente a mis pectorales, y la bar de su boca, con besos y arañazos de sus uñas fue bajando lentamente, de manera sensual hasta llegar a mi bóxer que cubría mi polla dura y mojada, por que me estaba excitando sin saberlo, ella noto esto y me miro con una mirada de odio y lujuria.
-Madre: Parece que alguien la tiene dura y mojada (dijo antes de quitarme la mirada, para luego bajar mi bóxer lentamente, el rubor crecía en mis mejillas sin nada que yo pudiera hacer para detenerla, tenia mucha vergüenza de que viera mi polla dura y mojada, y mientras mas bajaba mi bóxer, mi ereccion crecía), Wow!! (vio mi polla parada de unos 11 cm, rápidamente ella se sonrojo, su mejillas era rojas como la fresa, mucho mas que las mías, su sorpresa era evidente, y su deseo obvio) No puedo creer que la traigas gigante, quien lo hubiera pensado, ya encontraste la forma para pagarme por toda lo que me debas (dijo con su excitación clara, literalmente esto me lo dijo jadeando, y por mi posición pude alcanzar a ver que sus pechos empezaban a sudar)
-Yo: Que haces?, que estas haciendo mamá?, joder (sentí como su dedos empezaban a palpar mi polla, y sentí su mirada morbosa llena de lujuria directa en el semen que goteaba de a pocos en mi polla, lubricando las yemas de sus dedos con el poco semen que eyaculaba)
-Madre: Sabes nunca te considere un hijo (lo dijo de forma satírica, para luego con su dedo índice acariciar su mejilla con el semen en su yema del dedo) y es por eso que creo que no pasara nada si es que lo hacemos (su rostro estaba sonrojado cuando me dijo esto, incluso en su tono pude notar nerviosismo y pena, sentía el calor de sus piernas pegadas a las mías y también sentí su aliento caliente en mi entrepierna)
-Yo: Hacerlo?, hacer que? no entiendo madre, ¿Qué me estas haciendo? (dije nervioso, nervioso de su reacción, de su respuesta, de lo que podía hacerle a mi polla, no podía defenderme y ella me tenia bajo su control)
-Madre: No te hare nada que no te vaya a gustar, te encantar esto (sus labios se empezaron a acercar a la cabeza de mi polla, lo que me dio un espasmo y me hizo botar un leve gemido que ella no percibió)
Sentí como los labios rozaban mi cabeza, y luego sentí su lengua lamer lentamente el poco semen que tenia, se notaba su nerviosismo, su cara ardía en vergüenza pero poco a poco fue agarrando confianza, su lengua fue explorando mi polla con besos, y dejaba gotear de su boca el poco semen que tenia de regreso a mi polla, fue en ese entonces que dijo: "necesito mas de tu leche mascota" Su voz era suave y seductora, y me hizo sentir un escalofrío en la espalda. Su lengua siguió explorando mi polla, y yo podía sentir cómo mi cuerpo se relajaba poco a poco, dejando que ella tomara el control. De repente, se detuvo y me miró con una expresión de curiosidad. "¿Quieres que siga?", me preguntó, su voz apenas audible. Yo asentí con la cabeza, y ella sonriendo de nuevo con su mano derecha agarro mi polla y empezó con movimientos suaves de arriba hacia abajo, sus mejillas ardían de vergüenza, y ver esta expresión en ella hacia que me excitara mas. Sus movimientos fueron yendo mas veloces, era incomodo pero muy satisfactorio, y sentí una increíble presión que tenia que liberar, fue cuando ella se dio cuenta de que el climax estaba cerca es que metió mi polla en su boca, y finalmente libere todo el semen dentro de ella. Era como estar meando, no podía parar el flujo que salía dentro de mi, el semen corría por fuera de su boca, fue tanto que lo escupió de nuevo, moje sus mejillas, nariz y frente.
Cuando pare de eyacular, ambos suspiramos pero ella aun no había terminado, y seguí exprimiendo mi polla para ver si podía sacarme mas gotas, y no paro hasta dejarme vacío, incluso empezó a masajear mi entre pierna para que saliera mas semen y fue en ese momento en que una de sus uñas, una de sus malditas uñas por accidente choco uno de mis testículos, lo que me dio un espasmo e hizo que se formara una sonrisa en mi rostro. Ella vio esto, me miro con una cara burlona, y volvió a pasar su uña por mis huevos, ella comprobó que sentía cosquillas, y fue cuando todas sus jodidas uñas empezaron a rascarme los testículos, fue entonces cuando comencé a reir como loco intentando escapar de sus uñas, tras esto la presión que sentía hace algunos instantes volvió, y ella de alguna forma lo sintió, siguió haciendo cosquillas, y mientras mas lo hacia yo empezaba a eyacular por segunda vez, ella empezó a chupar la polla mientras le hacia cosquillas a mis testículos. Era una tortura de placer, no podía hacer mas nada que dejarme llevar, tenia control total de mi polla ahora, y hasta que no me dejo sin una sola gota no paro, trago todo mi semen como agua y quedo rendida al lado de mis piernas, yo estaba exhausto también, el cuarto era solo una melodía de jadeos.
Esta rutina se repetía día tras día, llegaba a mi cuarto, me chupaba la polla y me hacia cosquillas en los huevos al mismo tiempo incluso por horas, mi madre se había obsesionado conmigo, ya no salía de fiesta, solo llegaba cada noche para chuparme el semen, pero con el pasar de los días, ya no solo venia a mi cuarto de noche, lo hacia en las mañanas y tardes, casi 7 veces al día. Yo no me quejo, era agotador pero el proceso era placentero y ciertamente también estaba causando una necesidad en mi de que llegara a chuparme la polla, lo único que odiaba eran las cosquillas en los huevos, esque sus malditas uñas a cualquiera le darían cosquillas. El otro punto positivo que saque gracias a mi gran polla, fue que al menos ya no me encadenaba, simplemente cerraba la puerta con llave.
Mi madre siempre terminaba saciada después de chuparme la polla sin embargo esta rutina le estaba comenzando a aburrirla, ya no se satisfacía completamente, y para este punto yo ya sabia mas sobre el sexo, ella misma me lo había enseñado con videos, por eso le propondría intentarlo, para esto ella me tenia que quitar las cadenas y allí aprovecharía para tomarla y atarla, sabia que tenia mas fuerza que ella. Mi madre era demasiado fácil de manipular cuando de sexo se trata, no podía controlar su lujuria.
Yo: Mamá... ¿puedo hablar contigo? Hay algo que... quiero decirte. (dije con todo el valor que había reunido)
Madre: (deteniéndose en la puerta, con su clásica expresión de fastidio) ¿Otra vez tú? ¿Qué hiciste ahora, bicho raro? Habla, pero rápido. No tengo tiempo para tus tonterías.
Yo: (miro al suelo, mi voz apenas audible) No, no es que haya hecho algo malo... Es solo que... he estado pensando en todo lo que siempre dices, en cómo... te jodí la vida al nacer.
Madre: (arquea una ceja, cruzándose de brazos mientras su boca se curva en una sonrisa burlona) Oh, vaya. Al menos reconoces eso. ¿Y qué? ¿Quieres pedirme perdón otra vez?
Yo: (sacudiendo la cabeza nerviosamente) No... bueno, sí... pero también quiero... quiero hacer algo. Algo para remediarlo.
Madre: (su risa es corta, seca) ¿Remediarlo? Tú no puedes remediar nada así encadenado. Pero sigue, esto suena interesante. ¿Qué estás pensando?
Yo: (miro hacia otro lado, mi rostro ardiendo de vergüenza) Yo... pensé que si hay algo que pudiera hacer para... compensarte... para que te sientas mejor... yo lo haría.
Madre: (da un paso hacia mí, su tono ahora más intrigado) ¿Lo que sea?
Yo: (tragando saliva, mi voz casi un susurro) Lo que sea, mamá.
Madre: (su sonrisa se amplía mientras se inclina un poco hacia mí, mirándome fijamente) Oh, ya veo por dónde vas. Pero no estoy segura de que tengas las agallas para decirlo. Vamos, cariño, dilo. ¿Qué es lo que realmente quieres ofrecerme?
Yo: (sacudo la cabeza, mi cuerpo temblando) No... no es eso. Yo solo quiero que... si hay algo que pueda hacer para ayudarte, para... compensar todo lo que te he hecho sufrir...
Madre: (ríe suavemente, su tono burlón pero con un matiz más oscuro) Claro, claro. No quieres decirlo... pero estás pensando exactamente en eso, ¿verdad? Dime cariño, ¿quieres follarme?
Yo: (mi cuerpo se congela, mis ojos se abren de par en par mientras mi voz tiembla) ¡No! ¡Yo no... yo no quise decir eso!
Madre: (ladea la cabeza, acercándose más mientras su dedo recorre suavemente mi mejilla) Oh, por favor. ¿De verdad crees que no me doy cuenta? ¿Crees que no noto cómo me miras? Vamos, admítelo. ¿te gusto verdad? cosita fea.
Yo: (miro al suelo, las palabras apenas saliendo de mi boca) Yo... yo no quería decir eso... pero... si eso te hace feliz...me gustas si, y mucho.
Madre: (ríe nuevamente, esta vez más suave, con un brillo de curiosidad en sus ojos) Esto es patético... pero, ¿sabes qué? Estoy disfrutándolo. Si de verdad quieres convencerme, cariño, tendrás que hacerlo mejor. Seduceme. Hazme desearlo.
Yo: (miro hacia ella, sintiéndome completamente perdido) !Que¡ pero... yo no sé cómo...
Madre: (su tono se vuelve más burlón, pero sus ojos traicionan un destello de lujuria) Claro que no sabes. Eres un niño. Pero adelante, inténtalo. Quiero ver lo que tienes.
Yo: (mi voz tiembla mientras intento acercarme, torpemente) Mamá... tú eres hermosa. Siempre lo ha sido. Yo... yo haría lo que fuera por ti, por verte feliz.
Madre: (sus mejillas se enrojecen ligeramente, aunque su sonrisa permanece burlona) ¿Eso es todo? ¿Eso es lo mejor que puedes hacer?
Yo: (desesperado, intentando buscar las palabras correctas) Tú siempre dices que te arruiné la vida... y quiero arreglarlo. De verdad. Por favor, diez centavos qué necesitas. Haré lo que sea...
Madre: (esto ultimo que dijo hizo que sus mejillas ardieran, volteo su rostro para que no la vea, cogiéndose el cabello muy inquieta) Mmm esta bien puede que si merezca una compensación... (llevo sus manos hacia la cremallera de sus shorts jean y escuche el sonido de ellos, lo habia bajado a la mitad, se notaba que no sabia que hacer)
Ella bajo la otra mitad de su cremallera, su intención era clara, quería masturbarse pero no delante mío, sin embargo ya no podía aguantar mas, y en un acto impulsivo busco las llaves de mis cadenas para liberarme....
Nuevamente me encontraba en mi habitación encadenado como un perro a mi cama, de manos, pies y cuello. Las cadenas era de hierro difícil de poder romper para un chico de 18 años como yo. Esta rutina se repetía hace 3 años, me iba a dormir encadenado, y amencia igual, solo podía tener libertad para hacer mis necesidades o para comer, y muchos pensaran que es por que alguien me secuestro, pero la realidad es que es mi madre la que me tiene como su mascota.
Cuando llegaba del trabajo lo único que quería hacer era no verme, ni siquiera hablaba con ella. No la justifico pero al menos hay un motivo por el cual ella hace esto, pues resulta que hace 18 años fue que por un error ella quedo embarazada de mi, tuvo relaciones cuando tenia solo 11 años con su novio de aquel entonces, sus padres la echaron de su casa, el amor de su vida no respondió, y dejo de estudiar. Vago por 2 días pasando hambre hasta que una familia la encontró, sin embargo la volvieron a rechazar cuando se enteraron que estaba embarazada. Mi madre finalmente volvió a casa, pero no en la casa de sus padres, si no en la de sus abuelos paternos, en donde creció conmigo, sin mostrarme ningún tipo de afecto maternal, simplemente me odiaba y no sabia por que. Cuando ella consiguio un trabajo después de años en la universidad sin hacerse cargo de mi, me llevo para España con ella, mintiéndoles a mis bisabuelos diciéndoles que ya me quería y que me daría un mejor futuro y un montón de mentiras, la verdad es que mi madre se quería deshacer de mi, pero no tuvo el corazón para hacerlo, así que al menos me fui de viaje con ella a España, sin embargo no era para felicidad. Sin bien es cierto mi madre no me abandono, cuando cumplí 15 años, me empezó a encadenar a la cama, ya que yo era muy inquieto y mi sola presencia le jodia el momento. Ella tenia que seguir estudiando y trabajar para mantenernos a ambos, a mi me daba migajas pero era lo suficiente para vivir. Sobra de decir que no estudiaba, no tenia amigos, jamás salí de la casa en España, lo único que conocía de aquella casa, era mi cuarto y el baño. Ella salía de fiesta constantemente y a veces al me orinaba en encima por no poder soltarme de mis cadenas, lo cual provocaba que me golpeara ya que venia muy borracha y drogada. Estaba mal de la cabeza pero sabia que algún día me vengaría de ella.
Fue mi cumpleaños numero 18 cuando mi madre como de costumbre llego borracha y drogada a la casa, por eso en medio de esas alucinaciones que tenia además de decirme el pedazo de mierda que era por haberle arruinado la vida, también me desato solo por mi cumpleaños, y se fue tambaleándose de mi cuarto hacia el suyo posiblemente, ni siquiera cerro con llave mi cuarto, algunos pensaran que es aquí en donde o podría escapar o podría vengarme de mi madre, sin embargo al ser un momento único en mi vida, me quede en blanco en mi cuarto, de todas formas sabia que ella no iba a despertar en un buen rato. Finalmente, allí estaba yo, solo en mi cuarto, sin cadenas que me ataran. Las marcas en mis muñecas aún me picaban, como si las esposas invisibles siguieran sujetándome a la cama. Pero esta vez no había cerrojo, no había límites... La puerta estaba abierta. Me quedé inmóvil unos minutos, paralizado entre la posibilidad de escapar y la simple realidad de que tenía libertad por primera vez. El silencio era pesado, casi tangible, y de alguna forma el vacío de la casa me llamaba. Me levanté de la cama y me dirigí a la puerta con pasos cautelosos, como si caminara sobre cristales. Nunca había visto el resto de la casa; todo lo que conocía era mi cuarto, el baño, y la pared vacía que era mi única compañía. Ahora, tenía el lugar entero para mí. Primero, llegué al pasillo. Mis ojos recorrieron las paredes, los cuadros que colgaban de ellas —fotografías de mi madre cuando era joven, un rostro lleno de energía que apenas podía reconocer— y un espejo grande en el que mi reflejo se veía extraño, casi ajeno. Avancé con curiosidad hasta la cocina; olía a desinfectante, un aroma frío y clínico. La despensa estaba llena de comida que jamás había probado, botellas de vino que brillaban en las estanterías, alineadas como soldados.
Luego, caminé hasta la sala de estar. Allí, en el sofá, la vi a ella. Estaba tirada, profundamente dormida, su cuerpo inerte y relajado de una forma que jamás había visto. Tenía una pierna colgando por un lado del sofá, sus cabellos desordenados cayendo sobre su rostro. Las botellas vacías en la mesa del centro eran testigos de su estado; seguramente ni siquiera recordaría haberme dejado libre. Me acerqué, casi sin aliento, sintiendo cómo mi corazón latía fuerte al verla así... vulnerable.
Mis ojos se dirigieron a sus pies. Llevaba puestas sus zapatillas de tacón, viejas y desgastadas, marcadas por años de uso. Sin pensarlo demasiado, me arrodillé junto a ella. No entendía bien qué me impulsaba a hacerlo, pero un deseo de acercarme, de quebrar esa barrera invisible, me llevó a extender una mano hacia sus pies. Con delicadeza, deslicé una de sus zapatillas, exponiendo su pie desnudo. Estaba fría al tacto, pero suave. Mis dedos la rozaron con cuidado, tanteando el borde de su talón, hasta que comencé a darle un masaje suave, presionando sus puntos de tensión, moviéndome con cautela hacia sus dedos. Sentí cómo ella suspiraba, su cuerpo respondiendo involuntariamente al contacto.
De repente, un pequeño estremecimiento recorrió su pie cuando mis dedos rozaron un área más sensible en su planta. Sonrió apenas, dormida, mientras movía el pie de un lado a otro, como si intentara escapar de mis dedos, aunque sin despertar. Me detuve por un momento, sorprendido. ¿Era posible que...?
Volví a intentarlo, esta vez con un toque más intencionado, dejando que mis dedos recorrieran su planta lentamente, explorando la reacción de su cuerpo. Una leve risa escapó de sus labios, suave, inconsciente, como un susurro lejano. Era la primera vez que veía algo así en ella, una respuesta casi humana, delicada... frágil.
La observé durante un rato, estudiando cada expresión en su rostro. No podía evitar sentir una satisfacción oscura. Ella, la que me encadenó, me insultó, me golpeó... ahora estaba a mi merced, sin siquiera saberlo. La risa que escapó de sus labios, apenas un susurro, había abierto una puerta en mi interior, una que nunca había explorado. Era un eco suave, casi infantil, que me atrapó en un trance extraño. No entendía bien qué era lo que estaba haciendo; mis dedos seguían explorando la planta de su pie, trazando líneas invisibles con un cuidado que nunca había sentido. Sin embargo, algo en mí quería más, como si esa risa le diera a su cuerpo una vulnerabilidad que yo nunca había conocido en ella. Mi madre, siempre tan inalcanzable y fría, parecía ahora una figura distinta, casi irreconocible. Mis dedos siguieron rozando su piel, buscando aquel punto que la hacía temblar, y cuando lo encontré, volví a insistir, provocando una risa más intensa, aunque ella no despertaba. De alguna manera, sentía que tenía el control, y era una sensación embriagadora. Mi respiración se volvía más pesada a medida que mi obsesión crecía. Entonces, sin darme cuenta, acerqué mi rostro a su pie, percibiendo el leve olor que emanaba de ella, una mezcla de perfume, alcohol, y algo que no podía identificar pero que se impregnaba en mi mente. Sentía cada vez más curiosidad, más necesidad de explorar. La cercanía hacía que su olor se volviera más fuerte, más definido, y al mismo tiempo desconocido. Con un cuidado casi reverencial, comencé a rascar ligeramente, deslizando mis uñas por su talón y luego hacia sus dedos, explorando cada milímetro. Su pie, aunque frío, estaba suave y frágil en mis manos. Observaba cada reacción en su rostro, cada movimiento, cada suspiro que escapaba de sus labios. Era un juego delicado y extraño, un territorio que nunca había explorado.
Una parte de mí quería detenerse, dejarla y alejarme de esa obsesión inexplicable. Pero otra parte, una que apenas empezaba a descubrir, quería seguir, quería desentrañar todos los secretos que su cuerpo guardaba, como si con cada movimiento pudiera encontrar algo de ella que jamás había conocido.
Finalmente deje sus pies, sin embargo, el olor de sus pies, me causo algo en mi que tampoco había sentido antes, la excitación, por eso robe sus medias y me regrese de nuevo para mi cuarto, y cerré la puerta, allí pegue sus medias a mi cara y la inhale, era fuerte el olor, pero no quería despegármelo, y con eso sentí como mi polla empezaba a endurecerse y a mojarse. Revise mis calzoncillos y vi el liquido blanco, ya no es necesario explicar esto.
Pasaron horas y cuando ya era de noche ella vino a verme, su cara reflejaba angustia, ella pensaba que yo ya no estaría en mi cuarto ya que ella misma me había dejado sin cadenas, sin embargo su cara paso de angustia a una tranquilidad que le duro 5 segundos, antes de cambiar su expresión a una seria y molesta. Fue directamente a buscar debajo de mi almohada en donde tenia sus medias, y las encontró allí, como era posible que ella supiera donde guarde sus madias, y fue entonces que me revelo que desde siempre la casa había estado vigilada con cámaras, y me enseño donde estaba la cámara de mi cuarto, estaba en una esquina del techo, yo siempre la vi, pero jamás sabia que podía grabar, no conocía ese tipo de cámaras.
-Madre: (se acerca a mi oreja, con una mirada fría y de asco) De verdad creíste que no se que lo que hiciste en la sala?, no puedo creer lo cerdo que eres. (se alejo de mi con una mirada picara y de lastima, mientras su lengua deslizaba mojaba sus labios)
-Yo: (levante mi cabeza casi de forma robótica para responderle...) Yo...yo ense- rio... (antes de poder contestarle, mi madre me metió una bofetada en la mejilla)
-Madre: Nadie te permiso de mirarme cosita fea, eres tan lamentable que pudiste escaparte (su cara cambio a una mas seductora y a la vez con asco, mientras mantenía mi mandíbula sujetada con su mano), pero en vez de eso decidiste quedarte para que...? (se arreglo los pelos que tenia en la cara girando su cabeza y en su cara se formo una sonrisa burlona) solo para que?, para hacerme cosquillas en los pies mientras dormía?, (su cara volvió a cambiar a una de absoluto asco, mientras me pellizcaba una tetilla, y no pude hacer mas que dar un grito débil) y ademas olerme los pies? ¡¡¡Que antihigiénico !!!
Yo: Lo- lo siento mamá (dije con lagrimas en los ojos por el pellizco que me dio ella).
-Madre: Aww lo sientes? (dijo ella con una ironía clara que reflejaba su expresión de su cara, mientras se acerco mas a mi, subiendo sus piernas a mi cama, quedándose en una posición semi sentada, cada acostada), enserio lo sientes, la verdad no me imaginaba eso de ti, dime, por que oliste mis pies?, te gusta eso?, bicho raro (esto último lo dijo con gran desprecio, pero su mano cayo en mi regazo).
-Yo: Por favor perdo- name...Ma (antes de que pudiera seguir hablando, su mano que tenia en mi regazo, la uso para con un dedo callarme)
-Madre: Dime cosita fea, quieres ser mi perrito? quieres se mi mascota? (ella soltó una risa muy sensual, al ver mi cara de confusión, y luego de reír volvió a mojar sus labios con su legua para cambiar su expresión de su cara, a una más dulce, seductora y sensual), esta bien, piénsalo, yo también lo hare, sin embargo... (agarro sus medias y se levantó de la cama, lista para irse ya) no te dejare mis medias, no quiero que hagas con ellas cosas raras, típicas de bichos raros como, tu que horror!!! (lo dijo como diva, para luego ordenarme que me acostara, y poder encadenarme otra vez...)
-Madre: Ni creas que me volverás a hacer cosquillas, por que será la última y primera vez que te dejo sin cadenas, sobra decir que esta será la única vez que te permitiré que olfatees mis pies también. (su mirada fue fría y calculadora mientras me encadenaba, y yo solo podía asentir con la cabeza todo lo que me decía) Que cosas?, no eh permitido que nadie me haga cosquillas para que tu vengas de gratis a hacerlo. (dijo su mirada con indignación por lo que hice, mientras terminaba de encadenarme restringiendo cualquier movimiento que pudiera hacer y antes de irse, paso por mi nariz sus medias, y soltó una risa burlona).
-Yo: (escuche lo último que dijo, "no eh permitido que nadie me haga cosquillas para que tu vengas de gratis a hacerlo", ella dijo "gratis", quiere decir que tal vez podría hacer algo para que ella se dejara hacer cosquillas, fue lo que pensé y me arme de valor para decírselo de una manera sutil) Entonces, si nadie te hace cosquillas gratis, podría hacer algo para poder volver a hacerte cosquillas? (mi respiración se agito cuando termine de hablar, y una gota de sudor se deslizo por mi cara, vi como su cara cambio de expresión burlona, a una con asco de duda, temeroso espere su respuesta unos segundos)
-Madre: (en su rostro se formo una sonrisa burlona, y se cruzo de brazos para responderme) ¿Y tu como para que quisieras hacerme cosquillas?, es tu sueño bebe? (dijo ella con ironía). Que patético eres como para que ese sea tu mayor sueño, pero déjame decirte que no dejare que pase, ademas para tu información, no tengo cosquillas, no tengo cosquillas en los pies, ni en ningún lugar en general.
-Yo: (tartamudeando dije incrédulo e ingenuo, mientras veía como se reía por lo que dije) ¿No tienes cosquillas en los pies?, bueno que tal si tienes?, me dejarías...
-Madre: (interrumpiéndome me dejo en un tono mas frio y directo), NO!!!, no te voy a dejar hacerme cosquillas, no seas iluso, nunca dejaría que un bicho raro me toque jamás, así que puedes seguir fantaseando con eso (se tomo un respiro y su cara cambio otra vez a una faceta mas dulce y consoladora), podría convertirte en mi mascota, no vas a renegar nada de lo que yo te diga, harás todo lo que te diga, y a lo mejor y solo a lo mejor, puedo si quiera pensar en esa absurda fantasía de dejarme hacer cosquillas. (luego ella abandono mi cuarto burlándose de todo lo que habíamos hablado, y sentí que me había engañado, pero tenia una pequeña esperanza de que cumpliera su promesa)
Me quedé ahí, encadenado nuevamente, pensando en si debí escapar ayer, pero lo que había hecho hizo que mi madre, me hablar como nunca lo había hecho, fue con asco pero sentí cosas diferentes esta vez, esto me ilusionaba, pero no estaba tranquilo, estaba avergonzado, y sobre todo necesitado del aroma de sus medias.
Lo que hice tuvo frutos esa misma noche por la madrugada, mi madre llego de nuevo a mi cuarto, pero cuando digo que lo que hice tuvo frutos, no me refería a algo positivo. Su cara reflejaba el asco que aun sentía por mi, estaba solo con una camisa celeste y con un bóxer azul noche, ella miro mi polla con algo de deseo, y luego su mirada se dirigió lentamente hacia mis pies, y dijo: - así que te gusta hacer cosquillas?- Jamás había escuchado esa palabra, aunque ahora que la mencionaba, mi abuela solía pincharme las costillas y eso me daba risa, era eso a lo que se refería ella. No era muy inteligente pero sabía que me haría cosquillas en mis pies, se le notaba en su mirada, quería vengarse aunque ella no las haiga sentido las cosquillas que yo le hice, pues estaba dormida, sin embargo esa noche sabía que recibiría mi castigo. Mi madre con un movimiento lento pero a la vez rápido, no se como explicarlo, se arrodillo entre mis piernas separas por las cadenas, me miro fijo a los ojos, yo la miraba con curiosidad y nervios, y sin decir absolutamente nada, ella empezó a rascar con sus uñas mi plantas, rápidamente la risa escapo de mi boca, jamás me habían hecho cosquillas así, sus uñas era muy afiladas y agiles, y por mas que intentara apartar mis pies de sus uñas, era imposible por las cadenas. Mi madre rascaba desde mis talones hasta los dedos de mis pies, el cual era mi punto débil, mi risa era fuerte y exagerada, mas gritos que carcajadas, seguramente abre despertado a un vecino con mis risas, pero no podía parar de reir, por mas que hacia el intento sus uñas enserio provocaban muchas cosquillas, por mis gritos mi madre me amordazo y seguido torturándome, mi risa de maniaco ahora solo eran ruidos con menor intensidad.
Paso media hora y ella en ninguno momento dejo de rascar mis pies, por ende me desmaye, y cuando desperté aun era de madrugada, mi reloj al lado marcaba las 4:42 am, no vi a mi madre por ningún lado, y sentía un hormigueo en mis pies, como si fuera una secuela de lo que paso. Sinceramente no me gusto, me justaba la sumisión pero eso fue mucho, sentía que no quería volver a jamás sentir las cosquillas, aun que si me gustaba hacerlas, en el fondo sabia que mi madre ya había encontrado una nueva forma de humillarme.
Ese mismo día, mi madre no se levanto para darme desayuno, siempre lo hacia, siempre con asco pero lo hacia, su ausencia me preocupo, y no pude gritar ya que ella no me había quitado la mordaza, la verdad solo se había quedado dormida, era sábado, no trabajaba y le gustaba descansar mucho, ese día durmió hasta la 1 pm. Ella fue a mi cuarto y se paro en la puerta viéndome un rato, todo humillado, orinado, encadenado, como su perro, y luego fue a acostarse a mi cabecera.
-Madre: Buenos días cariño, (dijo mientras acariciaba mi cabello) ¿creo que te quedo claro quien es la dueña de la casa no?, bicho raro!!! (su mirada penetro la mía, y se formo una sonrisa picara - burlona en ella, como provocándome a que digiera algo, sin embargo con esa actitud y en las condiciones que me encontraba, no era posible nada), a verdad jaja no puedes hablarme, permíteme (y ella se acerco hacia a mi para quitarme la mordaza), ¿ahora si, tienes algo que decir mascota?
-Yo: No me gusto, no me gustaron las cosquillas. (dije muy inocente y tímido, lo que provoco que ella se riera)
-Madre: (ella empezó a reir como si le hubieran contado un chiste, se burlaba de el tono en el que se lo dije la muy cabrona) Es la primera vez que me haces reir así, perdóname cosita, ya me vas cayendo bien. (dijo con ironía secándose la lagrima de su ojo por la risa, sabia que tenia algo preparado para mi, y posiblemente se repita lo de ayer) Por eso vamos a dar un paseo por la casa. (de uno de mis cajones saco un collar de perro que me entraba a mi medida)
La cabrona de mi madre, me hizo ponerme en 4 para salir, mientras ella sujetaba el arnés conectado a mi cuello, literalmente como un perro, había recorrido la casa por dentro, pero me mostro el jardín, piscina y campo de voleibol, algo que jamás había visto en mi vida, al llegar a la parte de la piscina, me hizo que bebiera del agua como perro. Luego me enseño su cuarto, y la verdad solamente olía a alcohol, mariguana, Y estaban sus prendas esparcidas: las camisas sobre la silla, impregnadas del sudor de sus axilas; los brasieres, tirados sin orden, con el rastro húmedo de sus pechos; sus bragas, arrojadas en el suelo, exhalaban el olor fuerte y crudo de su coño; y las medias, abandonadas cerca de la cama, retenían el sudor rancio, agrio pero excitante de sus pies. No era tan femenina al momento del cuidado de su ropa, simplemente gastaba en ropa nueva y ya, me dijo que casi no usaba la lavadora.
El día termino, y me termine nuevamente encadenado en mi cuarto, me dio un beso en la frente de buenas noches y se fue a dormir. Mi madre llego al día siguiente, con los pelos en la cara, con la respiración agitada, su pecho se movía con rapidez, y no entendía porque, hasta que me dijo que la habían echado del trabajo por irresponsabilidad y conflictiva. Ella se vino a desahogar conmigo, golpeando mi cara con un puñetazo, recordándome que yo le había jodido la vida al momento en el que yo nací, que por mi culpa ella no pudo cumplir su sueño de casarse, y trabajar como modelo famosa. La verdad esque si me dolieron sus palabras, me llamo estorbo, y no me sentía bien con eso, sin embargo después de darme puñetazos, vi como sus ojos se llenaron de lujuria al ver por mi bóxer mi gran polla dura y parada, (momentos antes, había estado imaginándome un universo paralelo en donde yo soy su carcelero, y me deleito torturándola con cosquillas, todo el tiempo que quiera) en su cara se formo una sonrisa picara con cierta agresividad, empezó a acariciar mi pecho pasando sus uñas por todo mi torso, lo que me hizo saltar de la cama para evitar las cosquillas, pero era imposible escapar de sus uñas, sus uñas se movía de manera muy sexy por mi torso. Ella al ver que esto me producía cosquillas, empezó a arañar mi torso suavemente, pero era un infierno para mi, sus uñas bajaban desde mis pectorales hasta mi abdomen, cerca de mi miembro. Sabia lo que hacia y la muy cabrona lo hacia con malicia, era una tortura sentir sus uñas acariciarme la piel sin poder defenderme, mientras me forzaba a reir y se burlaba de lo cosquilloso que era.
El sonido de las cadenas resonaba en el cuarto, mis movimientos desesperados por escapar, mis suplicas, todo esto le veía mi madre y sin embargo no le dio la gana de detenerse la cabrona. Luego mientras arañaba mi torso, subió sus uñas bruscamente a mis pectorales, y la bar de su boca, con besos y arañazos de sus uñas fue bajando lentamente, de manera sensual hasta llegar a mi bóxer que cubría mi polla dura y mojada, por que me estaba excitando sin saberlo, ella noto esto y me miro con una mirada de odio y lujuria.
-Madre: Parece que alguien la tiene dura y mojada (dijo antes de quitarme la mirada, para luego bajar mi bóxer lentamente, el rubor crecía en mis mejillas sin nada que yo pudiera hacer para detenerla, tenia mucha vergüenza de que viera mi polla dura y mojada, y mientras mas bajaba mi bóxer, mi ereccion crecía), Wow!! (vio mi polla parada de unos 11 cm, rápidamente ella se sonrojo, su mejillas era rojas como la fresa, mucho mas que las mías, su sorpresa era evidente, y su deseo obvio) No puedo creer que la traigas gigante, quien lo hubiera pensado, ya encontraste la forma para pagarme por toda lo que me debas (dijo con su excitación clara, literalmente esto me lo dijo jadeando, y por mi posición pude alcanzar a ver que sus pechos empezaban a sudar)
-Yo: Que haces?, que estas haciendo mamá?, joder (sentí como su dedos empezaban a palpar mi polla, y sentí su mirada morbosa llena de lujuria directa en el semen que goteaba de a pocos en mi polla, lubricando las yemas de sus dedos con el poco semen que eyaculaba)
-Madre: Sabes nunca te considere un hijo (lo dijo de forma satírica, para luego con su dedo índice acariciar su mejilla con el semen en su yema del dedo) y es por eso que creo que no pasara nada si es que lo hacemos (su rostro estaba sonrojado cuando me dijo esto, incluso en su tono pude notar nerviosismo y pena, sentía el calor de sus piernas pegadas a las mías y también sentí su aliento caliente en mi entrepierna)
-Yo: Hacerlo?, hacer que? no entiendo madre, ¿Qué me estas haciendo? (dije nervioso, nervioso de su reacción, de su respuesta, de lo que podía hacerle a mi polla, no podía defenderme y ella me tenia bajo su control)
-Madre: No te hare nada que no te vaya a gustar, te encantar esto (sus labios se empezaron a acercar a la cabeza de mi polla, lo que me dio un espasmo y me hizo botar un leve gemido que ella no percibió)
Sentí como los labios rozaban mi cabeza, y luego sentí su lengua lamer lentamente el poco semen que tenia, se notaba su nerviosismo, su cara ardía en vergüenza pero poco a poco fue agarrando confianza, su lengua fue explorando mi polla con besos, y dejaba gotear de su boca el poco semen que tenia de regreso a mi polla, fue en ese entonces que dijo: "necesito mas de tu leche mascota" Su voz era suave y seductora, y me hizo sentir un escalofrío en la espalda. Su lengua siguió explorando mi polla, y yo podía sentir cómo mi cuerpo se relajaba poco a poco, dejando que ella tomara el control. De repente, se detuvo y me miró con una expresión de curiosidad. "¿Quieres que siga?", me preguntó, su voz apenas audible. Yo asentí con la cabeza, y ella sonriendo de nuevo con su mano derecha agarro mi polla y empezó con movimientos suaves de arriba hacia abajo, sus mejillas ardían de vergüenza, y ver esta expresión en ella hacia que me excitara mas. Sus movimientos fueron yendo mas veloces, era incomodo pero muy satisfactorio, y sentí una increíble presión que tenia que liberar, fue cuando ella se dio cuenta de que el climax estaba cerca es que metió mi polla en su boca, y finalmente libere todo el semen dentro de ella. Era como estar meando, no podía parar el flujo que salía dentro de mi, el semen corría por fuera de su boca, fue tanto que lo escupió de nuevo, moje sus mejillas, nariz y frente.
Cuando pare de eyacular, ambos suspiramos pero ella aun no había terminado, y seguí exprimiendo mi polla para ver si podía sacarme mas gotas, y no paro hasta dejarme vacío, incluso empezó a masajear mi entre pierna para que saliera mas semen y fue en ese momento en que una de sus uñas, una de sus malditas uñas por accidente choco uno de mis testículos, lo que me dio un espasmo e hizo que se formara una sonrisa en mi rostro. Ella vio esto, me miro con una cara burlona, y volvió a pasar su uña por mis huevos, ella comprobó que sentía cosquillas, y fue cuando todas sus jodidas uñas empezaron a rascarme los testículos, fue entonces cuando comencé a reir como loco intentando escapar de sus uñas, tras esto la presión que sentía hace algunos instantes volvió, y ella de alguna forma lo sintió, siguió haciendo cosquillas, y mientras mas lo hacia yo empezaba a eyacular por segunda vez, ella empezó a chupar la polla mientras le hacia cosquillas a mis testículos. Era una tortura de placer, no podía hacer mas nada que dejarme llevar, tenia control total de mi polla ahora, y hasta que no me dejo sin una sola gota no paro, trago todo mi semen como agua y quedo rendida al lado de mis piernas, yo estaba exhausto también, el cuarto era solo una melodía de jadeos.
Esta rutina se repetía día tras día, llegaba a mi cuarto, me chupaba la polla y me hacia cosquillas en los huevos al mismo tiempo incluso por horas, mi madre se había obsesionado conmigo, ya no salía de fiesta, solo llegaba cada noche para chuparme el semen, pero con el pasar de los días, ya no solo venia a mi cuarto de noche, lo hacia en las mañanas y tardes, casi 7 veces al día. Yo no me quejo, era agotador pero el proceso era placentero y ciertamente también estaba causando una necesidad en mi de que llegara a chuparme la polla, lo único que odiaba eran las cosquillas en los huevos, esque sus malditas uñas a cualquiera le darían cosquillas. El otro punto positivo que saque gracias a mi gran polla, fue que al menos ya no me encadenaba, simplemente cerraba la puerta con llave.
Mi madre siempre terminaba saciada después de chuparme la polla sin embargo esta rutina le estaba comenzando a aburrirla, ya no se satisfacía completamente, y para este punto yo ya sabia mas sobre el sexo, ella misma me lo había enseñado con videos, por eso le propondría intentarlo, para esto ella me tenia que quitar las cadenas y allí aprovecharía para tomarla y atarla, sabia que tenia mas fuerza que ella. Mi madre era demasiado fácil de manipular cuando de sexo se trata, no podía controlar su lujuria.
Yo: Mamá... ¿puedo hablar contigo? Hay algo que... quiero decirte. (dije con todo el valor que había reunido)
Madre: (deteniéndose en la puerta, con su clásica expresión de fastidio) ¿Otra vez tú? ¿Qué hiciste ahora, bicho raro? Habla, pero rápido. No tengo tiempo para tus tonterías.
Yo: (miro al suelo, mi voz apenas audible) No, no es que haya hecho algo malo... Es solo que... he estado pensando en todo lo que siempre dices, en cómo... te jodí la vida al nacer.
Madre: (arquea una ceja, cruzándose de brazos mientras su boca se curva en una sonrisa burlona) Oh, vaya. Al menos reconoces eso. ¿Y qué? ¿Quieres pedirme perdón otra vez?
Yo: (sacudiendo la cabeza nerviosamente) No... bueno, sí... pero también quiero... quiero hacer algo. Algo para remediarlo.
Madre: (su risa es corta, seca) ¿Remediarlo? Tú no puedes remediar nada así encadenado. Pero sigue, esto suena interesante. ¿Qué estás pensando?
Yo: (miro hacia otro lado, mi rostro ardiendo de vergüenza) Yo... pensé que si hay algo que pudiera hacer para... compensarte... para que te sientas mejor... yo lo haría.
Madre: (da un paso hacia mí, su tono ahora más intrigado) ¿Lo que sea?
Yo: (tragando saliva, mi voz casi un susurro) Lo que sea, mamá.
Madre: (su sonrisa se amplía mientras se inclina un poco hacia mí, mirándome fijamente) Oh, ya veo por dónde vas. Pero no estoy segura de que tengas las agallas para decirlo. Vamos, cariño, dilo. ¿Qué es lo que realmente quieres ofrecerme?
Yo: (sacudo la cabeza, mi cuerpo temblando) No... no es eso. Yo solo quiero que... si hay algo que pueda hacer para ayudarte, para... compensar todo lo que te he hecho sufrir...
Madre: (ríe suavemente, su tono burlón pero con un matiz más oscuro) Claro, claro. No quieres decirlo... pero estás pensando exactamente en eso, ¿verdad? Dime cariño, ¿quieres follarme?
Yo: (mi cuerpo se congela, mis ojos se abren de par en par mientras mi voz tiembla) ¡No! ¡Yo no... yo no quise decir eso!
Madre: (ladea la cabeza, acercándose más mientras su dedo recorre suavemente mi mejilla) Oh, por favor. ¿De verdad crees que no me doy cuenta? ¿Crees que no noto cómo me miras? Vamos, admítelo. ¿te gusto verdad? cosita fea.
Yo: (miro al suelo, las palabras apenas saliendo de mi boca) Yo... yo no quería decir eso... pero... si eso te hace feliz...me gustas si, y mucho.
Madre: (ríe nuevamente, esta vez más suave, con un brillo de curiosidad en sus ojos) Esto es patético... pero, ¿sabes qué? Estoy disfrutándolo. Si de verdad quieres convencerme, cariño, tendrás que hacerlo mejor. Seduceme. Hazme desearlo.
Yo: (miro hacia ella, sintiéndome completamente perdido) !Que¡ pero... yo no sé cómo...
Madre: (su tono se vuelve más burlón, pero sus ojos traicionan un destello de lujuria) Claro que no sabes. Eres un niño. Pero adelante, inténtalo. Quiero ver lo que tienes.
Yo: (mi voz tiembla mientras intento acercarme, torpemente) Mamá... tú eres hermosa. Siempre lo ha sido. Yo... yo haría lo que fuera por ti, por verte feliz.
Madre: (sus mejillas se enrojecen ligeramente, aunque su sonrisa permanece burlona) ¿Eso es todo? ¿Eso es lo mejor que puedes hacer?
Yo: (desesperado, intentando buscar las palabras correctas) Tú siempre dices que te arruiné la vida... y quiero arreglarlo. De verdad. Por favor, diez centavos qué necesitas. Haré lo que sea...
Madre: (esto ultimo que dijo hizo que sus mejillas ardieran, volteo su rostro para que no la vea, cogiéndose el cabello muy inquieta) Mmm esta bien puede que si merezca una compensación... (llevo sus manos hacia la cremallera de sus shorts jean y escuche el sonido de ellos, lo habia bajado a la mitad, se notaba que no sabia que hacer)
Ella bajo la otra mitad de su cremallera, su intención era clara, quería masturbarse pero no delante mío, sin embargo ya no podía aguantar mas, y en un acto impulsivo busco las llaves de mis cadenas para liberarme....